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DESPOBLADOS DE HUESCA TOMO II (ALTO GÁLLEGO, JACETANIA Y HOYA DE HUESCA)

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Ya está disponible el segundo de los tres tomos que voy a publicar con la Editorial Pirineo sobre los despoblados de nuestra provincia. Es un estudio de lo que he denominado el Pirineo occidental, que incluye las comarcas de La Jacetania, Alto Gállego y Hoya de Huesca. Es un recorrido por un total de 65 despoblados situados en esas tres comarcas, con referencias de los accesos, coordenadas, nombres de las casas, descripciones de las iglesias y ermitas, primeras citas documentales, fiestas, censos y más de 250 fotografías de todos estos pueblos.

MONTARNEDO

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Montarnedo es otro de los muchos despoblados situados en las cercanías de Naval, lo encontramos dentro de los límites de la comarca del Somontano de Barbastro. Tuve el placer de visitarlo hace unas semanas junto a Luis Sopena, gran conocedor de la zona y gran persona.
Montarnedo aparece citado con tres casas en el nomenclátor del año 1887, aunque durante gran parte del siglo XX ya solo mantenía dos casas abiertas. A día de hoy solo casa Ferriz se encuentra en buen estado, ya que recibe visitas de sus dueños con frecuencia. Como podemos ver en la primera fotografía ya desde la distancia destacan sus grandes dimensiones y su encalado de color blanco, muy llamativo entre los colores verdes y amarillos del monte.
Su edificio más interesante es la iglesia parroquial de San Antonio, templo construido a finales del Siglo XVI. Consta de una nave y ábside rectangular cubiertos ambos por bóvedas de cañón apuntadas. El coro se sitúa a los pies y la puerta de acceso de medio punto abre en el muro sur.
El acceso lo realizaremos por una pista (4X4) de unos 5 kilómetros que tomaremos desde la carretera A-2210, punto kilométrico 5.600.

Fotografía 1; Montarnedo, visto desde el sur (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Llegada al núcleo (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Iglesia de San Antonio (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Interior del templo (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Vista desde la torre campanario (Cristian Laglera)
Fotografía 6; Casa Ferriz  (Cristian Laglera)

FADAS

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Encontramos situado el pequeño núcleo de Fadas en lo más alto del puerto de Coll de Fadas, puerto del que tomó el nombre que comunica el Valle de Benasque con el del Noguera Ribagorzana.
Gracias a su magnífica situación y a sus casi 1500 metros de altitud disfrutamos de unas maravillosas vistas del macizo del Turbón, del Pico Gallinero y del Cotiella.
Fue un lugar de una sola casa, una gigantesca vivienda de tres plantas deshabitada desde la década de los ochenta.
Merece mención su puerta de acceso dovelada con escudo situado en todo lo alto y su enorme fachada orientada al sur con gran cantidad de ventanas y balcones para atrapar toda la luz solar mañanera.
Alrededor de la vivienda encontramos sus correspondientes edificios de apoyo entre los que destaca un gran establo levantado junto a la casona, muy cerca del pozo.
Unos metros el este de la vivienda se levanta una pequeña ermita de estilo románico construida bajo la advocación de Nuestra Señora. La ermita sufrió en un momento indeterminado un cambio de advocación y paso a ser dedicada a San Isidro, nombre por el que se la conoce actualmente. Algunos expertos fechan la ermita en el siglo XII, aunque posiblemente solo el ábside sea lo único original de esa fecha.
Llegaremos hasta Fadas por una pista restringida de unos 400 metros que nace en lo alto del puerto, no hay pérdida.

Fotografía 1; Llegada a Fadas (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Vista norte (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Casa Fadas (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Puerta de acceso a la vivienda (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Ermita de San Isidro (Marina González)
Fotografía 6; Cabecera (Cristian Laglera)

AYERBE DE BROTO

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Ayerbe de Broto era el último de los lugares qu eme faltaban por conocer de Sobrepuerto. Se encuentra situado sobre una pequeña hombrera que se descuelga por el barranco de San Pedro sobre el cauce del río Ara, en el extremo oriental de Sobrepuerto.
Durante el siglo Ayerbe de Broto XX contaba con once casas abiertas, aunque en el siglo XIX llegó a tener un máximo de dieciséis. La mayoría de sus viviendas se situaban a ambos extremos de una larga calle sobre la cual pasaba el camino iba de Escartín a Broto, calle que hoy está prácticamente intransitable por la maleza y los escombros.
Destacan varias de las bordas en la zona de las eras, a día de hoy (Julio de 2014) se conservan en aceptable estado la gran mayoría de ellas.
  Al este del núcleo se sitúa su edificio más destacado, la iglesia de la Natividad de la Virgen, construida en el año 1799. Es un templo de una sola nave finalizado en cabecera recta con grandes capillas laterales entre sus contrafuertes.
Otro de los elementos más destacados que encontramos en Ayerbe son las chimeneas cilíndricas. Encontramos una buena gama de chimeneas de diferentes formas y estilos, manteniéndose actualmente varias de ellas en pie.
Las fiestas de Ayerbe de Broto se celebraban de día 8 de septiembre, para la Natividad de la Virgen.
Hacía el oeste se encontraba situada la ermita de Santa Eufemia, en ruina desde hace muchas décadas. Cuando la ermita se derrumbó colocaron en su recuerdo una cruz sobre sus ruinas.

Después del reportaje de Ayerbe de Broto voy a dar a la página un pequeño paron veraniego. Me espera un verano bastante ajetreado con charlas y presentaciones de los dos libros y mantendré parada la página hasta Octubre. Prometo sorprender a la vuelta, feliz verano  a todos.

Fotografía 1; Llegada a Ayerbe (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Casa Cadena (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Iglesia parroquial (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Interior del templo, pies de la iglesia (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Año 1856 (Cristian Laglera)
Fotografía 6; Chimenea de Casa O Yerno (Cristian Laglera)
Fotografía 7; Magnífica borda (Cristian Laglera)
Fotografía 8; Aventadora (Cristian Laglera)

PRESENTACIONES CONFIRMADAS MES DE AGOSTO (TOMOS I Y II)

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CASTEJÓN DE SOS  (día 8 de Agosto)
GRAUS  (día 9 de Agosto) Espacio Pirineos 20.30 horas, con Carlos Bravo 
CAMPO  (día 11 de Agosto) Ayuntamiento, 11 horas 
JACA  (día 14 de Agosto) 12 horas, con José Antonio Adell

SARRATIÁS

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Sarratiás es uno de esos lugares que perduran en la memoria del visitante durante mucho tiempo, es una hermosísima aldea situada entre inmensos campos de labranza a medio camino de los núcleos de Bruello y Sarrato.
Sus dos casas son preciosas, destaca una de ellas que tiene sus tres plantas abiertas al Sur. Las dos plantas superiores tienen unos grandes balcones orientados con la idea de atrapar mejor la luz solar. En todo lo alto luce una chimenea troncocónica típica de la zona.
Además de las viviendas las edificaciones auxiliares son de gran interés, destacando la herraría, el pozo, y dos de las bordas, todos ellos son edificios construidos con piedra con mucha clase y calidad.
Solo un par de los edificios auxiliares se encuentran con los tejados hundidos, el resto de la aldea goza de un aspecto envidiable, merecería la pena un poco de atención para que no acabara igual que otros despoblados cercanos.
Un kilómetro hacía el Sur encontramos la ermita de San Lino.
Es un templo moderno, del Siglo XIX, consta de una sola nave, cabecera plana y espadaña de un ojo sobre el tejado.
La fiesta mayor de Sarratiás era el día 23 de Septiembre, para San Lino.
Se accede por una pista de 1 kilómetro que tomaremos en Bruello, cerca de Morillo de Tou.

 Fotografía 1; Llegada a Sarratiás  (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Una de las casas, magnífica  (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Chimenea típica  (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Otra vista diferente del caserío  (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Edificios auxiliares junto a una de las casas  (Cristian Laglera)
Fotografía 6; Una de las bordas que merece una fotografía  (Cristian Laglera)
Fotografía 7; Otra de las bordas con llamativo alero  (Cristian Laglera)
Fotografía 8; Ermita de San Lino  (Cristian Laglera)




RIN DE LA CARRASCA

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Estamos ante uno de los balcones más privilegiados de toda La Ribagorza, desde el viejo pueblo de Rin disfrutaremos de unas magníficas vistas del macizo del Turbón y de una buena parte del valle del Isábena.
A día de hoy el pueblo se encuentra enmarañado por la vegetación, lo encontramos rodeado de gigantescas carrascas que hacen honor a su apellido.
Paseando por el núcleo comprobamos que las calles de Rin de La Carrasca se han convertido en una auténtica selva intransitable, en unos cuantos años apenas quedarán recuerdos de presencia humana.
El edificio más interesante lo encontramos en el centro del núcleo, unos metros al este de casa Rin, allí se encuentra la iglesia parroquial de San Vicente. Nunca una sola fotografía me costó tanto tiempo, más de 25 minutos desmalezando para poder aproximarme al ábside románico. El acceso al interior es prácticamente imposible, me tuve que conformar con algunas imágenes del enmalezado exterior. El único detalle captado por la imagen es el vano rectangular que centra el ábside.
También merece mención casa Rin, impresionante vivienda de tres plantas que lucha diariamente por mantenerse en pie, de lo poco destacable ante un panorama tan dantesco. José y María fueron sus dos últimos habitantes, su casa situada a más de 1200 metros de altitud era la vivienda con más tierras de todo el valle.
Si hay alguien interesado en visitar Rin de la Carrasca, el acceso se realiza por una pista que nace en las cercanías de La Puebla de Roda. A pie tenemos algo más de una hora.


Fotografía 1; Llegada al caserío (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Casa Rin (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Edificio de apoyo (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Ábside románico (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Fuente (Cristian Laglera)
Fotografía 6; El Turbón, visto desde Rin (Cristian Laglera)

LUPARUELO

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Luparuelo es otra de las muchas diminutas aldeas despobladas que encontramos en Sobrarbe, es un lugar complicado de localizar, se sitúa bajo la falda sureste de la montaña donde se ubica Morcat, casi oculto por un espeso bosque de pinos. 
No es fácil encontrar viejas citas sobre este lugar, en el nomenclátor del año 1887 aparece citado como de "casa de labor" con dos viviendas y 15 habitantes.
Encontramos una gigantesca casona arruinada y casi engullida por la maleza, a la que no pude acceder a su interior, aunque lo más interesante de este pequeño núcleo es su pozo. Se sitúa junto a la vivienda, es un pozo de mampostería con forma circular que cubre con un tejadillo de pequeñas lajas. Su estado actual es magnífico, sorprende encontrar alguna construcción en tan buen estado en un lugar despoblado hace tantas décadas, magnífica noticia.
También merecen mención un par de bordas semiderruidas y el bello camino medieval de que sube desde los huertos de La Gabardilla, lugar también despoblado desde el que accedí tras una buena subida.
Poco más que contar sobre Luparuelo, no es mucho pero sí suficiente para rescatarlo por medio de este pequeño reportaje del olvido en el que lleva sumergido más de 70 años.

Fotografía 1; Camino a Luparuelo  (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Vivienda (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Vista sur (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Pozo de Luparuelo  (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Borda en ruina  (Cristian Laglera)



LA TOBEÑA

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Encontramos el despoblado de La Tobeña dentro del término de la Puebla de Fantova, no muy lejos del castillo, a escasos metros del barranco de Sallán.  
Estamos ante una antigua casa solariega empleada a día de hoy como almacén agrícola. La vivienda (en ruina) y la torre se sitúan en medio de unos campos de cultivo, la torre es el elemento más destacado y está declarada Bien de Interés Cultural.
La torre se levanta en tres cuerpos separados por impostas, cubre con tejado de losetas a cuatro aguas. Al exterior, una gran cantidad de vanos aspilleras de diferentes tipos decoran la torre. Destacan dos de ellas una con forma de flor y otra con forma de llave.
La vivienda se encuentra a los pies formando un ángulo recto. El acceso a la casa se realiza a través de una puerta dovelada en arco de medio punto. 
A tan solo 300 metros de la torre pero al otro lado del barranco encontramos la ermita Románica de San Clemente. Afortunadamente la ermita sufrió una merecida restauración hace unos años. Se reforzó la cubierta, se rehizo el altar y se reconstruyó el arco de la espadaña que permanecía derruido desde hacía varios años. La encontramos situada unos metros a la derecha de la pista de acceso, es de nave única, orientada y finalizada en ábside semicircular. Algunos expertos la fechan en el primer tercio del Siglo XIII.
Llegaremos por una pista que tomaremos desde Coll de Oliva, solo apta para vehículo todoterreno.


Fotografía 1; Llegada a La Tobeña (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Vista sur  (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Aspillera con forma de llave (Cristian Laglera)
Fotografía 4: Ermita de San Clemente  (Cristian Laglera) 
Fotografía 5; Ábside  (Cristian Laglera) 
Fotografía 6; Cabecera  (Cristian Laglera) 

EL LENERO

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El Lenero es otra de las pequeñas aldeas que conformaban el desaparecido municipio de Pallaruelo de Monclús. Se sitúa en una zona conocida como las Coscolleras, a escasos metros de su barranco homónimo y del también despoblado lugar de El Cotón.
Encontramos una solo vivienda, de las mejores de todo el valle en mi opinión, su complicada ubicación y la falta de acceso rodado hace que su futuro sea bastante negro.
Es una vivienda enorme, en su fachada este tiene un amplio patio bien delimitado por un grueso muro de piedra al que se accede por una puerta dovelada situada bajo un pequeño cobertizo, a través del cual se accede también a la vivienda. En los bajos de la casa encontramos un hermoso horno de pan y varias dependencias habilitadas para los animales. Al interior, todo ruina, la cubierta se ha hundido imposibilitando el acceso a su interior.
Para llegar hasta esta pequeña aldea podemos realizar una aproximación por una pista de 3.5 kilómetros que tiene su inicio en la localidad de Formigales. Los últimos 400 metros deberemos recorrerlos a pie por un viejo camino de herradura que tomaremos muy cerca de El Cotón, en una curva muy pronunciada.


Fotografía 1; El Lenero (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Enorme vivienda (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Puerta de Acceso (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Fachada (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Lado sureste (Cristian Laglera)

LA GABARDILLA

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La Gabardilla es una pequeña aldea perteneciente al amplio municipio de Ainsa-Sobrarbe, antiguamente perteneció al desaparecido municipio de Santa María de Buil.
Durante el pasado siglo XX mantuvo tres casas abiertas, actualmente solo casa El Molino se encuentra en buen estado, el motivo es que fue rehabilitada hace algún tiempo tras muchos años de abandono. Las otras dos viviendas (Broto y Villacampa) se encuentran arruinadas y engullidas por una asfixiante capa de maleza.
Destaca casa Broto, con su magnífica era, es una vivienda de grandes dimensiones en estado de ruina progresiva, una lástima.
Disponían de un pequeño oratorio de estilo popular situado entre casa Broto y casa Villacampa, no es fácil de localizar, ya que se encuentra devorado por la maleza.
Las fiestas mayores se celebraban el día 4 de Septiembre, con baile en la era de casa Villacampa. Las fiestas pequeñas para el verano, el día 16 de Junio.
Sobre un cerro conocido como el Viñero se encuentra solitaria la ermita de San Quílez, modesto templo construido a comienzos del siglo XVII. Está construida en mampostería, consta de una nave rectangular finalizada en testero plano orientado el este.
La romería se celebraba el día 16 de Junio, con la despoblación del núcleo dejó de celebrarse.
Llegaremos hasta La Gabardilla por una zigzagueante pista de 2.5 kilómetros que tomaremos desde la carretera A-2205, muy cerca del desvío de Santa María de Buil.


Fotografía 1; Casa Broto (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Pozo de casa Broto (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Ruinas de La Gabardilla (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Ermita de San Quilez (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Cabecera (Cristian Laglera)

MONGAY

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Encontramos el pueblo de Mongay recostado bajo un gran estrato rocoso en la sierra homónima del mismo, en uno de los lugares más aislados de toda La Ribagorza.  
A finales del siglo XIX y también a comienzos del siglo XX Mongay fue un lugar de seis casas, estaban todas ellas ubicadas longitudinalmente aprovechando el escaso espacio que les ofrecía el gran peñasco que tenían a la espalda.
Fue un pueblo agrícola y ganadero, sus cultivos básicos eran el trigo y la cebada, aunque también tenían olivos y unas cuantas viñas.  
El aislamiento fue desde el principio su mayor enemigo, fue la causa principal de su despoblación en los años sesenta.
Las fiestas de Chiriveta se celebraban el día 6 de Agosto, para San Salvador.  
La iglesia de Santa María consta de una sola nave y cabecera recta. Cubre con tejado a dos aguas sobre el que se levanta un pequeño campanario, el coro se sitúa a los pies.
El pueblo tuvo la mala fortuna de caer a comienzos de este siglo en manos de unos empresarios que compraron el término y la totalidad del pueblo para su reconstrucción. El principal problema fue no respetar la fisionomía antigua de las viviendas, y el resultado final fue una verdadera tropelía. Finalmente, parece ser que las instancias pertinentes o la falta de presupuesto le impidieron proseguir las obras.
Hago mías las palabras de un buen amigo mío “para acabar así, más vale que lo hubieran dejado morir lentamente”. 

Fotografía 1; Llegada a Mongay  (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Casa Ibars (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Otra espantosa fachada (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Iglesia de Santa María (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Torre campanario (Cristian Laglera)
Fotografía 6; Coro (Cristian Laglera)

SAN FERTÚS

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Bellísimo despoblado que encontramos a 2.4 kilómetros en línea recta al norte de Boltaña.
El acceso más cómodo lo realizaremos por una pista que nace al oeste de la pequeña localidad de San Vicente, aunque el último tramo lo realizaremos por un bello camino de herradura.
Fue un lugar de una sola casa, al menos en las últimas décadas de su existencia, antiguamente parece que llegó a tener un total de dos viviendas.
San Fertús es uno de esos lugares del Pirineo que nunca tuvo (ni tendrá) acceso rodado. Este es uno de los motivos que hace de este núcleo un lugar especial, ya que no ha sufrido un expolio tan evidente como otros despoblados cercanos a los que se puede llegar por pista con vehículo todoterreno.
La vivienda principal es espectacular, aunque ha sufrido el derrumbe parcial de su cubierta. Es un edificio alargado, aunque bastante estrecho, tenía un pequeño patio en su fachada sur que se halla totalmente conquistado por la maleza.
Junto a la casa encontramos la ermita de San Fertús, pequeño oratorio de una nave y cabecera recta orientada al este. La cubierta de lajas yace derruida en el suelo desde hace muchos años, aunque todavía conserva el altar y la pequeña bóveda que lo protege.

Fotografía 1; Llegada a San Fertús (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Vivienda (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Puerta de acceso a la casa (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Ermita (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Cabecera (Cristian Laglera)

LA LLECINA

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Encontramos las ruinas del Ribagorzano núcleo de La Llecina en lo alto de un emboscado cerro sobre el barranco Seguero, a poco más de un kilómetro al este del caserío de La Roca.
La Llecina fue una de las pequeñas aldeas que formaron parte durante muchos años parte de Mont de Roda, entidad formada por varias casas y masos dispersos situados a sus alrededores.
Se trata de una antigua fortificación edificada posiblemente en el siglo XVI, lo que hoy encontramos son las ruinas de una torre levantada sobre un amplio recinto amurado. Ya en época posterior, se levantó la vivienda aprovechando la vieja torre defensiva.
De la casa solo queda la planta y varios montones de espedregales que atestiguan su existencia. La torre está declarada monumento BIC (Bien de Interés Cultural), es de planta cuadrangular y tenía cuatro plantas. A pesar de solo mantener integro uno de sus lienzos todavía observamos en su fachada varios vanos aspillera.
Junto a la torre se conservan las ruinas de una vieja ermita construida bajo la advocación de San Juan Bautista. La ermita tiene orígenes románicos, aunque sufrió importantes modificaciones posteriores. Quedan en pie la parte baja del ábside y algún tramo de sus muros sur y norte. Sus muros empalman con los del torreón, aunque evidentemente la ermita es de época bastante anterior. Por lo que parece cuando se construyó la torre aprovecharon la ermita (posiblemente ya estaba en ruina) para hacerla formar parte del mismo sistema defensivo.
Llegaremos a La Llecina por medio de una pista que parte en dirección este desde el caserío de La Roca. Dicha pista finaliza en una zona de campos de cultivo y desde allí iniciaremos a pie la ascensión hasta el despoblado, unos 20 minutos.

Fotografía 1; La Llecina y el Turbón (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Torre defensiva (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Interior de la torre (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Ermita románica (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Edificio de apoyo (Cristian Laglera)

GRIÉBAL

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Griébal es otro de los pueblos deshabitados situados dentro de los límites de Sobrarbe. Está situado en una terraza de la ladera suroeste de la sierra de Gerbe, sobre el río de La Nata.
Fue un pueblo muy importante en la Edad Media, los primeros documentos en dónde aparece citado corresponden al siglo X.
Hay gente que cree que en Griébal pudo estar escondido el Santo Grial, si a Griébal le quitas las dos letras centrales EB, se queda en Grial.
A pesar de que lleva muchas décadas sin gente viviendo de manera fija, actualmente Griébal es utilizado como campamento juvenil por grupos de jóvenes scout, los cuales lo han recuperado estos últimos años casi en su totalidad.
Fue un lugar de seis casas, que estaban divididas en dos pequeños barrios. En su máximo nomenclátor del pasado siglo Griébal aparece con 46 habitantes en el año 1930. De entre las viviendas destaca casa Custodio. Es una gran casona de tres plantas con un hermoso porche que recorre toda la fachada principal.
Otro edificio de interés es la iglesia parroquial de San Vicente, del siglo XVIII, situada en el centro del núcleo. Es un edificio de una nave cubierta por bóveda de lunetos con cabecera recta orientada al este y dos capillas a cada lado. A día de hoy y tras su restauración, presenta un aspecto magnífico.
También merecen ser citados un torreón de planta circular con cinco aspilleras en su parte superior que encontramos cerca de la iglesia, y también el crucero, situado a la entrada del núcleo.
Las fiestas de Griébal se celebraban el día 22 de Enero, para San Vicente.

Fotografía 1; Llegada a Griébal  (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Iglesia de San Vicente (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Casa Solano  (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Viejo torreón (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Casa Custodio (Marta Puyol, cedida por www.sipca.es)
Fotografía 6; Crucero  (Cristian Laglera)




LA CUESTA

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La Cuesta es uno de los pequeños núcleos que englobados formaron el antiguo municipio de Toledo de Lanata. A pesar de su cercanía con Aínsa es un lugar bastante desconocido fuera de la zona en la que se sitúa. Encontramos sus enmalezadas ruinas al sur de Moliniás, junto a la pista asfaltada de acceso.
El núcleo de La Cuesta está compuesto por tres viviendas. La primera la encontramos aislada junto a la carretera, se trata de casa Castán. Se encuentra restaurada aunque fuera de uso hace muchos años, sus vecinos marcharon pocos meses después de su restauración.
Las otras dos viviendas llevan muchos años arruinadas y engullidas por la maleza, son casa Marco y casa Nao. Se sitúan unos pocos metros al oeste de la primera, en la falda de la Peña Mula.
Entre tanta ruina y maleza (además de casa Castán) apenas podemos destacar una borda bien conservada y un sobrio vano en la fachada este de casa Marco.
En el nomenclátor del año 1887 La Cuesta aparece citada como aldea, por aquel entonces contaba con tres casas y 16 habitantes. 
Unos 300 metros hacia el este, junto a pequeña borda restaurada para uso forestal, encontramos las ruinas (casi vestigios) de una pequeña ermita dedicada a San José. Un habitante de la zona me comentaba que aún recordaba verla en pie en la década de los setenta, aunque ya sin culto.

Fotografía 1; Casa Marco (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Vivienda engullida por la maleza (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Edificio de apoyo (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Casa Castán (Cristian Laglera)



PUY DE CINCA MUERE UN POQUITO MÁS; EL DERRUMBE DE SU TORRE CAMPANARIO

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                    Puy de Cinca en 2013, aún con la torre en pie


El pasado jueves 12 de Febrero llegó a mis oídos la triste noticia del derrumbe de la torre campanario de la iglesia de Puy de Cinca, en La Ribagorza. Sin más dilación, el viernes a primera hora me desplacé hasta el deshabitado núcleo para inmortalizar el templo solo unas horas (quizá días) después de su derrumbe. 

Puy de Cinca es (y siempre será) un lugar especial para mí, en cierto modo, podría decirse que lo siento como si fuera mío, como si hubiera nacido allí. Fue el primero de los más de 300 despoblados que he visitado en los últimos once años; lo hice acompañando a mi tío Francisco Gabás, de casa Vidaller, a su pueblo natal. Además, como muestra de cariño y respeto a este pueblo, y por supuesto a sus gentes, dediqué la portada de mi libro de despoblados ribagorzanos (Tomo I) a su maltrecha torre, con una fotografía tomada en Noviembre de 2013, ya herida de muerte, pero todavía digna.

Puy de Cinca fue uno de los pueblos que se vieron afectados por la construcción del embalse de El Grado, está ubicado a orillas del mismo pantano sobre las faldas de la peña y monte de San Martín. Sus momentos de esplendor fueron los siglos XVI y XVII, por aquel entonces era el pueblo más grande e importante de la zona, por delante incluso de Secastilla. Su máxima población fueron 216 habitantes en el año 1860, cuando contaba con treinta casas abiertas, también su máximo conocido. En el año 1900 todavía tenía censados 155 habitantes, una cifra que prácticamente se mantiene hasta la década de los sesenta, fecha de su definitivo abandono.

La iglesia de San Esteban es un templo de orígenes románicos (siglo XIII), aunque sufrió gran cantidad de reformas posteriores, especialmente durante los siglos XVI y XVII. Originalmente tenía una sola nave, aunque en las sucesivas reformas posteriores se construyeron dos nuevas naves más, una a cada lado de la nave central. También se construyeron las capillas laterales y la torre. El derrumbe de la torre campanario en Febrero de 2015 ha destruido todas las bóvedas, a colmatado de escombros la puerta de acceso y lo más curioso; ha dejado al descubierto la antigua cabecera románica, oculta hace varios siglos tras una falsa cabecera recta que la torre en su caída, se ha llevado con ella.

Con el derrumbe de la torre campanario Puy de Cinca muere un poquito más todavía. La torre era el emblema, el orgullo de la gente del lugar; aguantando invierno tras invierno las nieves, las lluvias y los vientos. Hemos perdido el faro que nos guiaba cuando bajábamos por la zigzagueante pista desde la ermita de San Martín. Hemos perdido la referencia cuando desde la carretera que enlaza El Grado con Aínsa mirábamos al otro lado del pantano y veíamos la torre, y nos preguntábamos cuantos inviernos más aguantaría en pie. Hemos perdido un trocito de la historia de esta bendita tierra.


                                Iglesia de San Esteban tras el derrumbe

Ábside, al exterior

Restos de la torre

Interior

Interior tras el derrumbe, el ábside y la bóveda de horno románica han quedado al descubierto

Interior antes del derrumbe, con el ábside y bóveda tapiados tras la falsa cabecera

Pies


Cayó la torre, sola y triste, cansada. Cayó en silencio, pues nadie oyó su estruendo al caer, nadie lo oyó, aunque sentirlo, lo hemos sentido muchos. Primero cayeron los pueblos; ahora, medio siglo después caen las piedras, irremediablemente...


SANTA MARÍA DE ASCASO

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Interesantísimo conjunto compuesto por una vivienda con sus respectivos edificios de apoyo. Está situado a 800 metros de la carretera N-260, subiendo en dirección al semiabandonado lugar de Ascaso, junto a la pista de acceso.
Las construcciones de Santa María se distribuyen longitudinalmente, con algunos edificios situados en los laterales del eje.
Destaca la vivienda, de buenas dimensiones, con edificios adosados en sus lados norte y sur. En la fachada sur encontramos dibujado un enorme reloj de sol y debajo una inscripción en la que se lee: "DE CASA SANTA MARIA / SON DUEÑOS A TODA COSTA / DON JOSE LACORT E HIJOS / Y DA TERESA BELLOSTA". El acceso a su interior no es posible desde hace bastantes años, pues el derrumbe de su cubierta ha bloqueado la puerta de acceso.
Frente a la vivienda se sitúan los corrales, a los que se accede mediante un portalón hoy devorado por la maleza y los escombros.
Unos pocos metros al norte de la vivienda se sitúa una pequeña capilla de planta rectangular y cabecera recta orientada al norte. El acceso se realiza por una pequeña puerta abierta en su muro sur.
Al oeste de la vivienda se encuentra situada la era, bastante amplia. En uno de sus extremos se construyó este magnífico pajar de dos pisos abierto en su fachada este.
En su único nomenclátor del pasado siglo XX Santa María aparece citado con 10 habitantes en el año 1930.


Fotografía 1: Llegada a Santa María (Cristian Laglera)
Fotografía 2: Vivienda (Cristian Laglera)
Fotografía 3: Fachada sur (Cristian Laglera)
Fotografía 4: Reloj de sol (Cristian Laglera)
Fotografía 5: Capilla (Cristian Laglera)
Fotografía 6: Pajar (Cristian Laglera)


BIES

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Pequeño pero interesante caserío despoblado situado a media distancia de la carretera que desde Puértolas finaliza en Escuaín, ya cerca de esta última población. Llegaremos hasta Bies por medio de un camino de herradura no señalizado que tomaremos desde la misma carretera. Si hay alguien interesado en llegar a este lugar es importante preguntar en la oficina de turismo de Escuaín como llegar, igual que hice yo.
Sus dos viviendas se levantan en una suave inclinación del terreno que cae hacia el cauce del río Yaga. Encontramos dos casas de buenas dimensiones, la casa de los Señores de Bies se encuentra en ruina y casa Marcial permanece bien conservada, ya que todavía recibe visitas esporádicas.
La casa de los Señores de Bies contaba con un pequeño oratorio particular al que se accede desde el interior de la vivienda. Actualmente ya no es posible el acceso a su interior, ya que el derrumbe de la cubierta hace que la colmatación interior no permita abrir la puerta de ingreso a la misma.
También merece mención este horno exento bien conservado situado a escasos metros de casa Marcial.
En los nomenclátores de los años 1930 y 1940 Bies aparece con 16 y 17 habitantes respectivamente, época en la que todavía conservaba sus dos viviendas abiertas.


Fotografía 1: Casa Marcial (Dieste Mur)
Fotografía 2: Llegada a Bies (Dieste Mur)
Fotografía 3: Edificio auxiliar (Cristian Laglera)
Fotografía 4: Entrada a la capilla de la casa de los Señores de Bies (Cristian Laglera)
Fotografía 5: Horno de casa Marcial (Cristian Laglera)



MONT DE RODA

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Situado en las vertientes montañosas que ciñen el río Isábena por el este se encuentra el disperso núcleo del Mont de Roda, situado a no excesiva distancia de la carretera que enlaza las poblaciones de Graus con Roda de Isábena. Llegaremos por una pista en buen estado que nace junto al caserío de La Roca, son algo más de dos kilómetros aptos para todo tipo de vehículos.
Una docena de caseríos o masos componían la población Mont de Roda, sus nombres son los siguientes: La Llecina, San Román, casa Virar, casa Chordy, casa Latorre, casa La Pena, casa Adillón, casa Puyanrós y las todavía habitadas casas de La Colomina y La Roca, además del propio núcleo de Mont de Roda.
Centrándonos precisamente en este último núcleo, Mont de Roda, destaca la iglesia parroquial de San Juan Bautista, con el pequeño cementerio anejo.
Fue un templo levantado a finales del siglo XVII o quizá a primeras fechas del XVIII. Es un templo de una sola nave, con cuatro capillas laterales y cabecera poligonal orientada al este. Tanto la nave como las capillas cubren con bóvedas de medio cañón. La torre campanario está adosada a su muro suroeste, es de un solo cuerpo y tres pisos. Su estado actual solo puede catalogarse como ruinoso, una buena parte de su cubierta yace derruida en el suelo y el acceso se realiza por un boquete abierto en una de las capillas.
Del resto de aldeas deshabitadas pertenecientes a Mont de Roda merece mención especial La Llecina, pequeño y arruinado núcleo pero no exento de interés arquitectónico con su torre defensiva y sus no menos interesantes ruinas de una pequeña capilla románica. Dado su interés, el núcleo de La Llecina tiene su correspondiente entrada en esta página web.
También destaca casa Latorre, es una casa de grandes dimensiones deshabitada pero en buen estado de conservación situada a escasos 300 metros al sur de Mont de Roda.


Fotografía 1: Mont de Roda, llegada (Cristian Laglera)
Fotografía 2; Iglesia de San Juan Bautista (Cristian Laglera)
Fotografía 3; Cabecera (Cristian Laglera)
Fotografía 4; Pilaret (Cristian Laglera)
Fotografía 5; Casa Latorre  (Cristian Laglera)
Fotografía 6; La Llecina (Critian Laglera)


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